Entre 1832 y 1834, con escasos 22 años, el entonces ignoto naturalista inglés, Charles Darwin, visitó la Argentina acompañando la expedición del bergantín Beagle. El viaje, de vital importancia para sus posteriores elaboraciones teóricas, le permitió una entrevista con el ya célebre Juan Manuel De Rosas, quien comandaba entonces una campaña contra el “infiel”, en el crítico período que separó sus dos administraciones.