Entre 1954 y 1962, entre cien y trescientos jóvenes franceses se negaron a participar en la guerra de Argelia. Estos rebeldes, soldados o reclutas eran no violentos o anticolonialistas. Algunos se refugiaron en Suiza, donde ciudadanos suizos acudieron en su ayuda, mientras que en Francia fueron condenados como traidores a la patria. En 1962, unos meses después de la independencia, Villi Hermann fue a una región devastada por la guerra cerca de la frontera entre Argelia y Marruecos para ayudar a reconstruir una escuela. En 2016 regresó a Argelia y se reunió con sus antiguos alumnos. También conoció a refractarios franceses, que ahora viven en Francia o Suiza.